Cinco libros colombianos para ambientar el mes de Halloween
Óscar Mena
La películas, los videojuegos, y hasta las series de televisión han sido nuestros principales referentes para hablar de terror en el país, pero, ¿qué pasa con los libros de terror colombiano?
Estos gozan de una buena reputación. No dejan dormir; condenan al lector a tener pesadillas y por momentos le brindan un poco de alivio para luego seguir con la tortura que la imaginación acrecienta con cada página leída.
Y aunque sus autores no usan el término terror, sí aceptan que se tratan de historias gore, góticas y crudas de la realidad que envuelven a Colombia.
En medio de libros de política y conflicto colombiano se encuentran algunos relatos que muestran a una Bogotá infestada de zombies, la matanza de varias personas por un desquiciado, mundos imaginarios llenos de angustia, un asesino caníbal y vampiros desdichados.
Si quedó interesado, a continuación encontrará una selección de literatura colombiana que se adentra en los miedos más profundos de los colombianos.
1. Ellas se están comiendo al gato (Taller Edición Rocca / TusQuets)
El escritor de Carmen de Bolívar Miguel Ángel Manrique tituló así a su obra de zombies en plena ciudad de Bogotá.
La trama gira alrededor de un periodista con agallas y curiosidad que se encuentra en un final postapocalíptico del mundo y que a pesar de estar al borde de la muerte, se escabulle de refugio en refugio recogiendo las historias de cómo los bogotanos le hacen frente al fin del mundo.
Uno de los aspectos más importantes del libro es el relato crudo y sin censura de cómo los zombies devoran piernas, estómagos y cerebros de aquellos que no sobreviven.
Se ha preguntado ¿Cómo reaccionarían nuestros políticos, científicos, artistas a un apocalipsis zombie? Este libro le puede dar la respuesta, ya que Manrique toma la idiosincrasia colombiana y la desnuda a sus miedos más recónditos.
2. Satanás (Planeta)
Es un clásico de la literatura de “terror” y realidad que acosa nuestra memoria colectiva escrita por Mario Mendoza. La historia relata la vida de Campo Elías Delgado, un profesor, veterano de guerra, que por su condición psicológica termina provocando un caos irremediable.
Mendoza relata uno de los hechos más escabrosos que se han vivido en Colombia: El asesinato de varias personas en el restaurante Pozzetto de Bogotá a manos de Campo Elías un 4 de diciembre de 1986.
A pesar de conocer la historias en la prensa, Mendoza hace vivir, tocar y sentir todo el pánico que se vivió aquel fatídico día de diciembre en un restaurante italiano típico de Bogotá.
Satanás es un libro que atrapa desde la primera página y bombardea al lector de personajes y de un crudo relato que envuelve al lector en un mundo que suele ignorar: la fragilidad mental del ser humano.
Si le tiene miedo a las masacres y a los asesinatos aléjese de este libro, porque lo que va encontrar en un relato propio del contexto violento de Colombia.
3. Los niños (Laguna Libros)
La bogotana Carolina Sanín crea una historia que se cuenta en dos mundos: el común, y el fantasmagórico.
El libro cuenta la historia de Laura Romero una joven que sostiene a su familia con una tienda y que por azar de la vida tiene que hacerse cargo de un niño de seis años llamado Fidel.
Este niño llegó a la vida de Laura sin razón alguna, pero desde su inclusión en el relato Laura teme por su vida y la salud emocional de Fidel.
Las charlas entre los personajes parecen triviales al igual en el lugar en las que ocurren, pero a medida que avanzan se convierten, sin creerlo, en un relato de terror. Estos mundos en los que habita Fidel están en un constante cambio entre los supermercados de Bogotá y los mundos ilusorios que caminan al borde de la cordura.
Es increíble, pero esta obra genera sudoración excesiva de manos y un sentimiento de angustia prolongado.
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4. Rojo Sombra (Laguna Libros)
Una de las impulsoras del género de terror en Colombia es Gabriela Arciniegas quien define el género de su libro como gore místico.
Rojo Sombra cuenta la historia un joven de 18 años llamado Esteban Castillo quien tenía un pequeño problema: ser un “asesino caníbal”. Para definir a un asesino caníbal la escritora toma rasgos de un lobo y los mezcla a los de un joven que sale de la adolescencia y le teme al amor.
La vida de Castillo está llena de revelaciones como su gusto por la carne humana. También, su vida refleja cómo viven los de su especie en el alcantarillado de Bogotá.
Este libro no da miedo, pero cuando empieza su lectura sentirá náuseas, pues el libro está lleno de orgías y duelos a muerte. Y si sobrevive a esas narraciones se dará cuenta que la violencia no es la columna vertebral del libro sino una faceta que el lector tiene que superar para entender la historia.
5. Vampyr (Norma)
Carolina Andújar deslumbró a los amantes del terror con esta novela que entrelaza el pánico y las tragedias amorosas.
Martina Székely es la protagonista que conoce a una legión de vampiros un internado en Suiza. La historia es narrada en primera persona en pleno siglo XIX.
El oscurantismo, es el eje vital de esta obra que le da vida a esos clásicos personajes de terror. El misterio, la intriga, el amor y la venganza, se juntan en la obra de Carolina Andújar reviviendo a los vampiros y fantasmas; los personajes clásicos de las historias de terror.