Omara Portuondo regresa a Colombia
Sandra Martínez
Son las 12:07 del mediodía y Omara Portuondo acaba de desayunar en un hotel en Medford, Estados Unidos. Tiene 85 años y lleva 70 años al ritmo de son, boleros y chachachá. Así que, nada mejor para la ocasión, que celebrarlo con una gira mundial y una serie de invitados especiales.
La estrella del Buena Vista Social Club, la novia del feeling, la diva de lentejuelas y de versiones memorables navega entre los recuerdos de sus días pasados y sus conciertos futuros. Desde la habitación de su hotel responde el teléfono, muy amablemente, con este tono musical que tienen los cubanos cuando hablan.
Cuenta con honestidad que no sabía que habían utilizado el recurso de su edad para promocionar la gira (se llama 85 tour), pero reconoce que fue un ‘buen gancho’. “Me parece estupendo volver hacer conciertos, lo mío es cantar. Hace dos semanas vine acá para hacer un trabajo y llevo tres días sin hacer nada. Y ya estoy con muchas ganas de volver a trabajar”, dice entre risas.
El repertorio abarcará desde sus primeros años hasta sus días en Buena Vista Social Club. Su primer disco en solitario fue Magia negra en 1959. “¡Era muy chiquitica! Uno de los músicos con los que trabajé en ese entonces fue Juanito Márquez, que ahora vive en Miami”, recuerda. “Pero ahora voy a ir con un grupo de músicos jóvenes que son muy buenos”, afirma.
En los primeros conciertos de la gira por Europa se presentó con el cantaor flamenco Diego El Cigala, a quien conoció en 2015 sobre el escenario del Hollywood Bowl. “Hicimos una gira anterior con El Cigala. Es un joven muy simpático y en su repertorio tiene música de Bola de nieve, un gran cantante que tuvimos en Cuba. Así que hemos estado trabajando en varios lugares, la pasamos muy bien con este joven”. -¿Y vendrá a Colombia con él?- “Sinceramente, no sé. Ojalá también fuera con él y así ya tendríamos el programa hecho”.
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La presentación se llevará a cabo el próximo 17 de septiembre en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán. “Estoy loca por ir allá”, dice. A lo largo de su carrera, Portuondo ha venido en varias oportunidades al país -afirma que Medellín es una de las ciudades que más le gustan, porque al final del año decoran las casas de una manera inigualable- pero en su mente tiene grabado el encuentro que sostuvo hace una década con Carlos Vives en este mismo teatro capitalino. “Nos encontramos con este joven tan simpático y cantamos La pollera colorá – comienza a entonar el coro de esta cumbia con gran emoción- Vives es de una ciudad muy linda, parecida al oriente cubano. -De repente recuerda el nombre de la ciudad-. “De Santa Marta, sí” – y empieza a cantar Santa Marta tiene tren, Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía-. A través de este medio le mando un cariñoso saludo. Ojalá lo pueda volver a ver”.
Omara es única y su clave del éxito es sencilla: “Me gusta mucho este trabajo. La música es el alma de los pueblos y nací con esta facultad. Por eso, a las nuevas generaciones les digo que de verdad les tiene que encantar lo que hacen. Además, de que la naturaleza les haya dado la condición, ya sea para cantar o para tocar un instrumento. A mí, por ejemplo, me hubiera gustado estudiar piano, pero no tenía dinerito para hacerlo. También les recomiendo que lleven una vida sana. Yo fui una gran deportista”, explica.
Por ahora, seguirá sorprendiendo al público con su voz legendaria. El año pasado, por ejemplo, se convirtió en la primera artista residente en Cuba en cantar en la Casa Blanca. “Me imagino que eso fue solo una coincidencia, porque hubieran podido ir muchas más artistas, pero en ese momento fui yo. Me pareció bonito el encuentro, estaba el señor Obama, un hombre muy gentil y caballeroso, en el público muchos latinos y, en medio de todo esto, estaba nuestra banderita. Me sentí honrada”, dice.
La comunicación se corta. Se escucha cansada. Unos minutos más tarde, de nuevo en el teléfono, habla un poco más. Luego de Colombia, regresará a Estados Unidos y después irá a otros países como Perú y México. La gira continúa. “Si quieres empaca una maletica chiquita y te vienes conmigo de gira”, sugiere. Ella, sin duda, encarna la canción que un día le compuso su amigo Paquito D’ Rivera y que menciona cada vez que puede: ‘la música es en mí cielo, tierra, mar, sol, alegría y razón’.