Star Trek: a cuatro años de la muerte del señor Spock

Star Trek fue una de las series más influyentes en la historia de la televisión y la cultura popular. Por eso, recordamos sus inicios y el éxito inminente de la mano del señor Spock, interpretado por el actor Leonard Nimoy.
 
Star Trek: a cuatro años de la muerte del señor Spock
Foto: Star Trek/ NBC
POR: 
Gustavo Gómez Córdoba

Publicado originalmente en Revista Diners de febrero de 1996. Edición número 311

Un piloto de bombardero B-17 durante la Segunda Guerra Mundial, y más tarde guionista de series televisivas del Oeste, posibilitó los viajes espaciales a velocidades lumínicas, desarrolló un sistema capaz de transportar seres humanos gracias a la separación molecular, concibió los teléfonos celulares, proyectó la primera generación de máquinas inteligentes y contribuyó notablemente a la exploración de buena parte del universo.

Pocos recuerdan su nombre, y para la comunidad científica mundial es un discreto y redondo cero a la izquierda. Sus ideas, sin embargo, agregaron una buena cantidad de estos ceros a la derecha en su cuenta bancaria y le aseguraron reconocimiento eterno por parte de los fieles cultores de ciencia ficción.

Gene Roddenberry, arquitecto de la más popular serie futurista de todos los tiempos, Star Trek, falleció en 1991, cuando se conmemoraron 25 años de la emisión de The Man Trap, su primer capítulo. Antes que termine 1996 los viajes de la Enterprise celebrarán treinta años de lo que comenzó siendo un trivial programa semanal de aventuras espaciales y terminó convirtiéndose en un fenómeno que superó ampliamente los cálculos más optimistas.

Lo curioso del asunto es que, en su momento, Viaje a las Estrellas fue producida con restricciones económicas por parte de la cadena NBC. Durante los 79 episodios grabados, jamás la nave U.S.S. Enterprise NCC – 1701 pudo aterrizar en la superficie de planeta alguno, y la razón se vino a conocer años después: el presupuesto no permitía invertir en los escenarios capaces de dar credibilidad al descenso. Por ello, el orgullo de la Federación Unida de Planetas se limitó a girar tímidamente alrededor de mundos a los cuales la tripulación accedía gracias a la brillante y ahorrativa idea del teletransportador. Para rematar. Una feliz “coincidencia” aseguró que la inmensa mayoría de estos cuerpos celestes contara con atmósferas respirables, así que tampoco había que invertir mucho en trajes espaciales.

Escenarios de cartón, uniformes de tela ordinaria, miniaturas y maquetas fabricadas con materiales de ocasión: la conquista del espacio hecha “con las uñas” pero convertida en una mina de oro prácticamente inagotable. Un potosí galáctico que con los años comenzó a ser explotado como Dios manda por la Paramount Pictures.

Enterprise: “Empresa” rentable

De Star Trek nacieron cuatro programas inspirados en sus caracteres: Next Generation (imbatible récord de siete temporadas al aire entre 1987 y 1994), Star Trek Cartoon Series (22 capítulos de caricaturas realizados a un costo de 75.000 dólares por episodio), Deep Space Nine (protagonizada por alienígenas) y Voyager (una ambiciosa mirada a los confines del universo). Siete versiones cinematográficas han recaudado cerca de 600 millones de dólares, aunque en Colombia la más reciente, Generations, apenas si alcanzó a estar una semana en cartelera.

En el mundo se editan más de 30 libros anuales sobre el tema-novelas, biografías, títulos de referencia- y existen tres confiables enciclopedias que dan cuenta de cada planeta, personaje, civilización, adminículo y nave mencionados en los argumentos. Hace poco la casa editorial Simon; Schuster publicó la Omnipedia, compendio en CD ROM de dos de estas “Biblias” escritas por Michel y Denise Okuda, fanáticos que han dedicado su vida a recopilar la historia de un futuro incierto. Al mejor estilo de las computadores a bordo de la Enterprise, la Omnipedia se activa con órdenes verbales que se transmiten a través de un micrófono.

Mientras que los norteamericanos, más amantes de Los Beatles que los propios británicos, celebran anualmente quince reuniones nacionales que giran alrededor del cuarteto de Liverpool, se calcula que Star Trek da pie para 200 convenciones en las que se puede conseguir desde un pisapapeles de cinco dólares hasta refinados modelos que reproducen a la perfección las naves federadas (U. S.S. Excelsior NCC- 2000, U.S.S. Reliant NCC-1864, U.S.S. Stargazer NCC-2893, U.S.S. Grissom NCC-638 y una extensa lista de aparatos) o de los cruceros y vehículos ligeros de klingons, ferengis, romulans, cardassians y otras civilizaciones del cosmos.

Cada convención ofrece la posibilidad de participar en subastas, adquirir uniformes e insignias de las tripulaciones, comprar juegos de video y planos exactos de cada nave espacial, asistir a la exhibición de viejos capítulos e incluso conocer a los protagonistas de la jornada interestelar: firman autógrafos y dictan charlas el lógico y mediohumano señor Spock., la oficial de comunicaciones Uhura -primera mujer negra que protagonizó un beso interracial en la televisión norteamericana- el ciclotímico doctor McCoy., los señores Sulu y Chekov, el ingeniero jefe Montgomery Scott y, por supuesto, el capitán James Tiberius Kirk, encarnado por el actor William Shatner.

Estos veteranos comparten fama y honores con los miembros de las nuevas tripulaciones: el capitán Jean-Luc Picard (U.S.S Enterprise NCC-1701-D), William Raker-segundo de abordo-, la consejera Martina Sirtis, la doctora Beverly Crusher, el malhumorado Klingon Worf, o el teniente comandante Data, androide superdotado cuya preocupación constante es sentir como sus colegas de carne y hueso.

Leonard Nimoy, la piedra angular de Star Trek

“La vida es como un jardín. Puede haber momentos perfectos, pero únicamente en la memoria”. Fue el último tweet de Leonard Nimoy, el recordado señor Spock de la serie Viaje a las estrellas (Star Trek), quien murió el 27 de febrero de 2015 a la edad de 83 años. Nimoy inspiró a miles de personas en el mundo para seguir sus sueños, atravesar las barreras del universo y ver la luz galáctica.

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Leonard March 26, 1931-February 27, 2015 #leonardnimoy

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A cuatro años de su muerte, miles de fanáticos y actores originales de Star Trek recuerdan su figura emblemática como líder de una generación galáctica. “Lo quise como a un hermano. Extrañaremos su humor, su talento, y su capacidad de amar”, comentó William Shatner, quien interpretó a Kirk en la serie. Entre tanto, los fanáticos recuerdan su faceta de poeta y fotógrafo.

Otra de las facetas menos conocidas de Nimoy fue la de escritor. En 1975 lanzó un libro titulado No soy Spock, para enfrentar una crisis de identidad al intentar desligarse del señor Spock. Sin embargo, con el tiempo entendió que su papel le dio esperanzas a miles de fanáticos, que decidió lanzar otro libro, llamado Yo soy Spock, escrito en 1995, en el que invita a los fanáticos a aceptar el papel que les dio la vida.

Trekkies con estrella

Gracias a las importantes enseñanzas del señor Spock y toda la serie, nacieron los trekkíes, como orgullosamente se autodenominan los admiradores de Star Trek. Aunque fundamentalmente provienes de Estados Unidos, existen importantes clubes de fanáticos de Inglaterra (18 mil miembros), Canadá, Francia, Holanda, Alemania, Dinamarca, Suiza y algunos de los 75 países donde actualmente se emite el programa original o sus secuelas.

Aunque pertenecen a la clase media que ha tenido acceso a educación formal, no todos los trekkies son precisamente desconocidos, como es el caso del general Colin Powell, los cómicos Whoopi Goldberg -quien actuó por mera liberalidad en algunos capítulos y Robin Williams, Stephen Hawking -heredero de la cátedra de Newton y también “actor” en uno de los episodios de Next Generation-, así como los desaparecidos escritores Isaac Asimov y Ray Bradbury.

Fueron precisamente los trekkies los que en 1968 salvaron el programa de una cancelación prematura, cuando inundaron las oficinas de la NBC con un millón de cartas de protesta. Y, casi un decenio después, volvieron a los buzones para enviar 400 mil cartas a la NASA en las que comedidamente exigían que el primer prototipo de transbordador espacial fuera llamado Enterprise. Lo lograron.

Estos fanáticos se ven irremediablemente atraídos por lo que se ha dado en llamar la “filosofía Star Trek”, un estilo de vida que predica la confianza en un futuro positivo, muestra la ciencia como herramienta eje de la civilización, recalca el entendimiento entre razas y colores- el puente de la serie original congregaba a un ruso, un oriental, una mujer de raza negra, varios norteamericanos y un vulcano- y, lo más importante de todo, plantea el mandato supremo de la Federación Unida de Planetas: el principio de la no intervención, en virtud del cual ningún miembro de la Flota Estelar puede modificar con sus actuaciones el normal desarrollo de la vida de otros mundos. Este principio fue introducido en los guiones cuando la opinión pública estadounidense dudaba sobre la participación de sus tropas en Vietnam.

Sin embargo, y a pesar de semejante precedente, la idea de Gene Roddenberry fue siempre que la serie permaneciera ajena a cualquier tipo de discurso político. La responsabilidad ha sido heredada ahora por su protegido, Rick Berman, y Michael Piller, co productor ejecutivo. Ellos están dispuestos a preservar el legado de Roddenberry, pero con ciertos ajustes: robots que hacen el amor, máquinas con sentimientos, mujeres capitanes, adolescentes desubicados y algo de racismo interestelar.

Hasta nueva orden, y por decisión de los productores, ninguno de los cinco vehículos federados que han sido bautizados con el nombre de Enterprise dejará los muelles orbitales, como no sea para la filmación de aventuras cinematográficas. Kirk y sus hombres han recibido merecida jubilación, y el turno de conducir la nave a lugares ”donde el hombre jamás ha llegado” corresponde al capitán Picard. El universo es un pañuelo para la majestuosa Enterprise, mientras que quienes la diseñaron continúan siendo inquilinos obligados del tercer planeta de un humilde y remoto sistema solar. Sus sueños, sin embargo, viajan a velocidad warp.

De 1996 a 2019

Veinte años después de la publicación de este artículo el éxito de Star Trek ya se volvió leyenda vigente. A Star Trek: first contact, de 1996, le sucedieron cinco largometrajes más, uno de ellos, Sin Límites, que actualmente se encuentra en la cartelera de cine en Colombia. Por otro lado, se realizaron otras dos series para televisión: Star Trek: Enterprise (2001-2005) y actualmente Discovery, la nueva producción, se encuentra en etapa de realización y su estreno está programado para 2017.

         

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febrero
27 / 2019