Janis: la mujer detrás de la leyenda

Janis: Little Blue Girl

Directora: Amy Berg

Duración: 102 minutos

Funciones: 28 y 29 de enero y el 4 de febrero en las salas de Cine Colombia de Bogotá, Medellín y Cali. En las demás ciudades solo se proyectará el 28 de enero

“Quizás un día sea una estrella”, le escribió Janis Joplin a sus padres cuando su carrera musical le empezó a dar algo que siempre quiso: fama. Apenas sobrepasaba los 20 años y ya estaba ilusionada con giras, discos y millones de fans. Sin embargo, para llegar hasta ahí soportó burlas, desprecios y desilusiones a montón que la persiguieron como si fueran su sombra.

Amy Berg -directora de Deliver Us from Evil, nominado a mejor documental en los Premios Oscar de 2006-, construyó un relato tan potente que el público pasa de querer pararse a bailar sobre la silla, a encogerse en ella tratando de eludir la tristeza que proyectan ciertos pasajes de la vida de Joplin.

Una de sus primeras decepciones-quizás el dolor más grande de su adolescencia-, ocurrió cuando acababa la secundaria. Una fraternidad organizó un concurso de feos. Alguien la nominó y resultó con la mayor cantidad de votos. Su foto se publicó en un periódico que destacó la estúpida competición.

Años después -cuando ya era la gran Janis Joplin, la reina del blues- volvió a la escuela y recordó en una entrevista que nadie la quiso llevar al baile de graduación. Aunque lo dijo sonriendo se le notó incómoda. El tiempo no sanó sus heridas y regresar a la secundaria la dejó visiblemente afectada.

Los detalles que se narran en el documental tienen varios hilos conductores: las esperanzadoras cartas que Joplin le escribió a sus padres, los testimonios de sus hermanos, amigos del colegio, compañeros de distintas bandas y viejos amores. Cada uno conoció distintas facetas de Janis, pero todos concuerdan con que fue única, incontrolable, y que su gran condena fue la soledad.

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Ese constante abandono que sintió fue el catalizador de su adicción a la heroína. Si estaba sola todos los intentos por rehabilitarse fracasaban. Llegó a “estar limpia” durante unos meses. Se le vio feliz y decidida porque ante el menor asomo de droga ella la rechazaba. Un día, durante una fiesta bebió un gran sorbo de vino. Alguien le dijo “oye, sí que quieres volar. Esa botella tiene 68 ácidos”, ella corrió al baño a vomitar. Sin embargo, su voluntad no soportó mucho tiempo.

Janis Joplin vivió soportando el peso que le significó querer la aprobación de todo el mundo sin ni siquiera tener la de sus padres. Su angustia e impotencia- y sobre todo el alcoholismo- le envejecieron el rostro. A los 27 aparentaba, por lo menos, 20 años más.

Tampoco pudo tener satisfecho al público ni a los periodistas. Las críticas arreciaron cuando dejó Big Brother and the Holding Company -la banda que la consagró en el concierto de Monterey en 1967- para formar Kozmic Blues Band, un grupo que logró acallar las críticas luego del monumental concierto de Woodstock en 1969.

Las preocupaciones que rodearon la vida de Janis Joplin están en este documental, que se aleja de una mirada cliché enfocada en la tragedia de la artista que no pudo sortear la fama con la juventud. Tampoco la engrandece como ocurre con ciertos fanatismos que en lugar de honrar, enlodan la imagen del personaje.

La película, en cambio, muestra a una mujer que sufrió y gozó todo lo que pudo, que quiso ser más de lo que fue. Nunca se conformó con su desgarradora voz, creía que se quedaba corta. “Billie Holiday contaba el mundo entero una sola nota, yo solo tengo fuerza. Pero quizás lo consiga si sigo cantando”, confesó en una entrevista.

El documental se sumerge en los pensamientos de Janis Joplin, descubre sus miedos y los cuenta con música. Es fiel y honesto con su propósito: darle una mirada a la mujer que hay detrás de la leyenda.