Brandon Flowers estrena The desired effect, su segundo álbum como solista

Escuchamos el segundo disco en solitario del frontman de The Killers, publicado después de dos años de inactividad con su banda.
 
Brandon Flowers estrena The desired effect, su segundo álbum como solista
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Jaime Pérez-Seoane

A Brandon Flowers (Nevada, 1981) no le gusta andar quieto. Para el vocalista de The Killers, su banda de rock alternativo lleva demasiado tiempo sin producir un disco. Esa fue la principal razón por la que ha querido que su debut como artista en solitario (Flamingo, 2010), que lo condujo al número uno en el ranking británico, tenga por fin un hermano. Su segundo bebé ha nacido esta semana, y ha sido bautizado a conciencia como “The Desired Effect”.

Flowers, quien ayer aseguró en una entrevista a la BBC que su pasión principal sigue siendo The Killers, ha contado con la producción de Ariel Rechtshaid, célebre por haber surtido con arreglos eléctricos a grupos abanderados del indie actual, como Vampire Weekend, HAIM y la mismísima Madonna. Los teclados de Bruce Hornsby han resultado fundamentales para que se alcanzara el “efecto deseado” que Brandon Flowers quería para su segundo álbum, y que supone un viaje en el tiempo a todos los niveles.

Confeso amante del pop y de los sonidos sintéticos de los ochenta – David Bowie, Depeche Mode, New Order y los Pet Shop Boys figuran, entre muchos otros, en su lista de musas – Flowers ha creado un disco donde la profundidad coral e instrumental de The Killers se encuentra con la luminosidad de la “década disco”. Los primeros acordes del álbum (los de “Dreams come True”, uno de sus mejores cortes) parecen una continuación del celebrado “Hot Fuss”, disco con que la banda de Las Vegas se presentó en sociedad un buen día de 2004, y dentro del cual se descubrieron “Mr. Brightside”, “Somebody told me”, “Smile it like you mean it” y otros éxitos que contribuyeron a inmortalizar su sonido.

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“Nunca hicimos el segundo álbum que debíamos hacer”, reconoció Flowers a la BBC refiriéndose a sus inicios con The Killers desde la perspectiva que sólo el tiempo ofrece. “Decepcionamos a todos los que creyeron en nosotros con Sam´s Town (2006), algo que he procurado enmendar con este disco”. Más vale tarde que nunca, debió pensar el de Nevada mientras componía The Desired Effect con colaboraciones de la talla del “Pet Shop Boy” Neil Tennant, Danielle Haim y Ronnie Vannucci Jr., su colega en The Killers y responsable del envoltorio sintético de su música. El resultado, un larga duración digno de suceder a Hot Fuss: Un álbum poderoso, cargado de beats, efectos, y coros ochenteros.

The Desired Effect mantiene su identidad sin tambalear a lo largo de los diez temas que lo conforman, aunque unos brillan con más fuerza que otros. Especialmente potente es el mencionado Dreams come true, que contiene todos los elementos de un éxito del synthpop, igual que “I can change” (cuyos acordes y coros recuerdan hasta coquetear con en plagio a “Why?” de Bronski Beat). “Lonely Town”, otro de los grandes temas del disco, rememora con su sonido “techno” las bandas sonoras de los primeros videojuegos. En “Still Want to”, Flowers limita los arreglos y presenta un sonido más maduro e instrumental, que envuelve con unos deliciosos coros de góspel.

El álbum cierra con la única canción que no ha sido tocada por la varita pop de Ariel Rechtshaid. Se trata de “The way It´s always been”, con la que el cantante se despide y deja un mensaje: Aunque seguirá jugando con ser una estrella del pop – con alto riesgo de triunfar, después de lo oído en su segundo trabajo – Brandon Flowers no olvidará su lugar en el mundo musical: Es el líder de The Killers, ¿No les parece suficiente?

         

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mayo
20 / 2015