Juan Esteban Constaín: mis libros favoritos
Juan Esteban Constaín
NOTAS SOBRE LITERATURA INGLESA
GIUSEPPE TOMASI DI LAMPEDUSA
Es una obra maestra de la crítica literaria y de la literatura universal. El mejor ejemplo de cómo se deben leer y escribir los libros. Todo el mundo sabe de Lampedusa por El Gatopardo, que es un prodigio. Pero en estas clases suyas, escritas para su sobrino, aparecen toda su inteligencia y toda su ternura y toda su erudición, y sobre todo, todo su humor melancólico de siciliano al medio día.
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BAJO LA MIRADA DE OCCIDENTE
JOSEPH CONRAD
Es una profunda reflexión sobre la inutilidad de las ideologías; y es una narración perfecta. El título literal en inglés es mejor, Bajo ojos occidentales, porque la historia la narra un profesor inglés que es testigo inesperado de cómo los destinos de la gente más disímil a veces se cruzan sin remedio. Todavía recuerdo las frases que Razumov, el protagonista, escribe en un papel cuando empieza su tragedia: “Historia y no teoría. Patriotismo y no internacionalismo. Evolución y no revolución. Dirección y no destrucción. Unidad y no ruptura”.
NOCHES ÁTICAS
AULO GELIO
Es el verdadero origen del ensayo como género literario y como instrumento de la curiosidad y la felicidad. Gelio es un estudiante romano en Atenas: un voraz lector del mundo y las estrellas que va dejando en su cuaderno (este libro) las historias más bellas que uno se pueda imaginar, todas teñidas por esa inverosimilitud de la que solo es capaz la realidad.
LA PEQUEÑA DORRIT
CHARLES DICKENS
Es un libro de Dickens, y todos los suyos son mis favoritos. Pero este recoge mejor que ningún otro su crítica a lo más perverso de la sociedad industrial y victoriana, de la mano además de una maravillosa heroína, la pequeña Dorrit, que salva al mundo con el solo milagro de ser quien es.
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NOTAS
NICOLÁS GÓMEZ DÁVILA
Es un prodigio y la semilla de uno de los milagros literarios más grandes del siglo XX. Las Notas de don Nicolás son el germen de toda su obra posterior: allí están las prosas largas de Textos, y la madeja de la que luego saldrán los Escolios. Pero lo que más me gusta de este libro es su libertad: la conciencia del autor de que esas reflexiones eran solo para sí mismo, como una conversación en la noche con sus amigos. No en vano el epígrafe que las abre es de Aulo Gelio en sus Noches áticas.