Turandot o el canto del Amor
Carolina Conti
El argumento es claro: La princesa china Turandot quiere vengar la muerte de una de sus antecesoras, la princesa Lou Ling, que fue raptada por un extranjero.
Por eso, el príncipe que la quiera desposar debe resolver tres acertijos. Si falla uno, será ejecutado. El príncipe de Persia es el primero en fracasar. Timur, una vez rey de los tártaros, termina herido entre el tumulto que quiere ver la ejecución y es rescatado por un desconocido, que resulta ser su hijo Calaf, a quien creía muerto. Timur está acompañado de la fiel esclava Liú. Turandot aparece ante la multitud para ordenar la ejecución. Solo con verla, Calaf se enamora y decide someterse a la prueba. Resuelve los acertijos. El pueblo está feliz, pero Turandot ruega en vano a su padre que la libere del matrimonio. Calaf, que no quiere tomarla por la fuerza, le ofrece la libertad si descubre su nombre.
Esa noche nadie en el imperio debe dormir. Es cuando Calaf canta Nessun dorma, una de las arias más conmovedoras de la historia de la ópera. Liú es torturada pero prefiere morir antes de revelar el nombre del príncipe. Crece la confusión. Calaf besa a Turandot para quebrantar su frialdad. Ella ruega por su libertad y Calaf le dice su nombre. En la corte, Turandot revela a todos el nombre del príncipe: Amor. Un final feliz para una ópera de enorme exigencia musical y escénica. Los papeles protagónicos requieren magníficos cantantes, pero además un gran coro que está mucho tiempo en escena. La acción se desarrolla en un legendario imperio chino, lo que implica una escenografía llena de colorido con un vestuario muy vistoso.
Alejandro Chacón, director escénico de la Ópera de Colombia hace dos décadas, busca en este montaje respetar la idea del compositor: “Puccini escribía partituras como guiones de cine, con indicaciones escénicas muy precisas que están estrechamente ligadas a la música… Dirigir una ópera suya es como filmar una película en la que la banda sonora ya existe, el proceso es al revés”. Chacón considera que Turandot, que no se representa en Colombia hace doce años, tiene todo para atraer a un nuevo público al maravilloso género de la ópera.
En este montaje se contará con la soprano italiana Francesca Patane, que ha interpretado a Turandot más de 300 veces. El tenor coreano Rudy Park será el valeroso príncipe Calaf, papel en el que se ha consolidado en los últimos años en distintos escenarios del mundo. La talentosa soprano colombiana Betty Garcés, nacida en Buenaventura y radicada en Alemania, será Liú, la esclava. Los ministros Ping, Pang y Pong estarán interpretados por Valeriano Lanchas, Alejandro Escobar y Andrés Felipe Orozco. El bajo venezolano Ernesto Morillo hará el papel de Timur. Marco Boemi llevará la batuta al frente del Coro de la Ópera y de la recién creada Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá, para la cual interpretar un título tan complejo como Turandot, supone un gran reto y, hay que decirlo, hasta un riesgo.
¿Dónde y cuándo?
Turandot, de Giacomo Puccini
21 y 27 de sept. y 2 y 4 de octubre
Dirección escénica: Alejandro Chacón
Lugar: Teatro Jorge Eliécer Gaitán