Tres libros recomendados de escritoras invitadas a la FilBo 2023
Isabel Calderón Reyes
La nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, la peruana Micaela Chirif y la argentina María Teresa Andruetto son tres destacadas escritoras que han dejado su huella en la literatura contemporánea y que harán parte de la celebración de los 35 años de la Feria Internacional del Libro de Bogotá -FilBo 2023-, del 18 de abril al 2 de mayo.
Adichie es reconocida por sus historias sobre la identidad africana y la diáspora; Chirif por su literatura infantil y su compromiso con la educación; y Andruetto por su poesía y narrativa que exploran temas de género y sexualidad. Cada una con su estilo y voz, estas escritoras han enriquecido la literatura global con sus obras. Isabel Calderón Reyes recomienda tres libros de estas escritoras para leer a propósito de su visita a la FilBo 2023.
La flor púrpura de Chimamanda Ngozi Adichie
Literatura Random House
Veinte años han pasado desde que se publicó esta novela por primera vez en Estados Unidos. Para ese entonces, Chimamanda Ngozi Adichie había publicado libros de poesía y de teatro, pero La flor púrpura es su debut en el género de la novela.
Regresar a esta historia –o leerla por primera vez, dado el anuncio de su visita a Colombia– es volver a encontrarse con esa voz que se descubre a sí misma, al principio asustada, dudosa, hecha de preguntas, y después fortalecida precisamente en el reconocimiento de sus propios miedos.
Me refiero tanto a la voz narrativa de la autora, ensayando cómo hacernos sentir algo, como a la voz de la protagonista, una adolescente de quince años que se da cuenta perfectamente de que hay algo que solo ella percibe: hay una lectura de la realidad que le pertenece y que no puede compartir con sus padres, pero tampoco con su hermano, aunque este sea víctima, como ella, de la violencia del papá.
Lengua madre de María Teresa Andruetto
Babel
Julieta, argentina, está haciendo un doctorado en Alemania y su investigación es sobre Doris Lessing. La lengua que aprendió de niña no es la misma que usa todos los días y tampoco es la de sus lecturas académicas.
Si le preguntan, dice que su tesis versa sobre la escritura de las mujeres, y no es mentira, pero mientras tanto hay un tema que le interesa más que Lessing. Su verdadera pregunta, el concepto que más quiere entender, es la distancia. ¿Qué significa estar lejos de la tierra? ¿Cuál es la diferencia entre el exilio y alejarse de la madre? ¿Cómo acortar una distancia después de la muerte?
Esta es una novela fragmentaria, en donde se cuenta mucho a través de las cartas viejas con las que Julieta reconstruye la vida de Julia, su madre, poco después de que esta ha muerto. Los silencios de la dictadura están presentes de muchas formas; quizás la más dolorosa es esa claridad de que todas las cartas fueron recibidas por Julia, pero no se conserva ninguna de las que ella misma escribió.
Cristina juega de Micaela Chirif con ilustraciones de Paula Ortiz
Cataplum
Los niños sienten curiosidad por lo que pasa dentro de las casas y por eso es tan común que un gesto para jugar con ellos o para contarles una historia, sea el de invitarlos a una casa. Algunas veces, por ese camino se llega a lugares comunes que aburren a los lectores más pequeños o que refuerzan estereotipos de género.
Ese no es el caso de Cristina juega, un libro con textos e ilustraciones que desafían y que, por lo tanto, son un ejemplo de respeto por la infancia, un reconocimiento de la capacidad de observación de los niños, que entienden algunos juegos de las artes mucho mejor que los adultos.
Aquí un personaje aparece, desde las primeras páginas, como una pregunta. ¿Quién es esta coneja que nos recibe en su casa? ¿Es adulta, es niña, es imaginaria o es real? Si el lector no mira con atención, no verá las pistas que Chirif y Ortiz nos dan y pensará que el libro, de verdad, es simplemente sobre una conejita en su casa.
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