“Tengo la muerte muy presente como empuje de la vida”, El Kanka
Zamira Caro Grau
El Kanka escribe poemas que parecen canciones. O canciones que parecen poemas. Esto siempre desde sus experiencias vividas: el amor, el desamor, la ilusión, la desesperanza y la realidad de vivir, con todo y sus altos y bajos.
Sin embargo, desde el 2013 Juan Gómez Canca, más conocido como El Kanka, no sacaba un nuevo disco. Había canciones de tanto en tanto, como aquella que escribió durante la pandemia para las personas que lo acompañaron en duros momentos o Andalucía, una carta de amor para el lugar donde creció.
Lo cierto es que ahora volverá a los escenarios con su guitarra, como de costumbre, pero también con 14 nuevas para cantar y una banda que lo acompaña. De hecho, tiene fecha de concierto en Colombia en Bogotá, Cali y Medellín para el mes de junio.
Sobre Cosas de los vivientes hay mucho que decir, como que puede ser su proyecto más personal hasta el momento sin dejar de lado la huella que lleva con él en sus ritmos. Pero quién mejor que él mismo para explicarnos aquello que pasó por su cabeza cuando escribió estas letras. Acá la entrevista.
Este es un regreso después de una pandemia, de 9 meses de silencio en redes sociales de “aprender a aburrirse”, ¿cómo todas estas nuevas experiencias intervinieron en la creación de este álbum?
Yo quería que este álbum fuera un proceso tranquilo, agradable, a fuego lento, y ha sido la primera vez que he hecho un disco así, porque mi último disco y todos los anteriores los he grabado mientras hacía conciertos.
Entonces, ha sido un trabajo intenso llegar hasta aquí y la primera vez que yo he podido parar dos meses para grabar un disco ha sido ahora, con 40 años. No sé si ha influenciado este stop que me he pegado, pero sí que creo que se va a notar en la gira, por ejemplo, entre otras cosas, porque si bien mi profesión es hermosa y a mí me encanta subirme al escenario y siempre lo he disfrutado, te confieso que ha habido veces que antes de subir estaba pensando “no me puedo creer que otra vez tengo que hacer esto”.
Es que he estado muchos años haciendo conciertos, hice 95 en pandemia solo con la guitarra, así que realmente estaba muy cansado y encima también con las mismas canciones, porque mi último disco había salido hace cinco años. Entonces, para mí renovar el repertorio me da un poquito de aire, de alegría de enseñar las canciones nuevas.
Yo siento que este parón me ha hecho recuperar mucho el amor por el escenario y a esta profesión tan bonita, porque siempre está chévere subirse a cantar pero hacerlo al 70% ya es una mierda para mí, ¿sabes? Yo quiero hacerlo al 100%, a todo lo que doy, y para eso tengo que tener ganas y eso creo que lo he recuperado.
Hablemos un poco sobre cómo la terapia atravesó el proceso de este álbum..
Hay canciones que literalmente están inspiradas en sesiones mías de psicoanálisis. A partir del segundo disco, ya estoy en terapia y te prometo que lo noto.
Para un autor que no pretende hacer a la gente bailar, sino que hablo de mis propias experiencias, de cosas cotidianas en las que quiero que las canciones tengan contenido, que las letras digan cosas, este proceso es muy importante.
Además, directamente el título del disco lo saqué de una cosa que me dijo mi psicoanalista, porque yo estaba contándole las cosas insignificantes que me preocupan y cuando me levanté y ella me despide en la puerta estaba tosiendo y le digo “ay, está resfriada” y me dice “sí, esas son cosas de los vivientes”.
A mí se me quedó porque pensé “¡es verdad!”, todas las cosas que yo he hablado aquí en terapia, el resfriado que tiene ella, cuando te deja tu novio, cuando tomas una cerveza, un guaro, todo eso son cosas de los vivientes, no tienen importancia pero a la misma vez para los que estamos aquí tienen mucha importancia, porque de eso se compone la vida.
Cosas de los vivientes es una obra que reúne muchos ritmos y experiencias diferentes, ¿qué es lo que usted siente que ata todo y lo convierte en un álbum?
Este disco ha sido la consecuencia de cinco años de mi vida, de componer canciones desde los 35 a los 40, y yo creo que sí que refleja un momento de mi vida.
Hay una cosa muy vital y es que yo me imagino que ya estoy llegando a la mitad de mi vida, porque ninguno de mis dos padres, por desgracia, llegaron a los 80 años, y yo eso lo tengo muy presente. Entonces, pienso “joder, quizá me quedan 20 años, si pasa eso, ya habré superado a mi madre en vida, y si me quedan 25 años, a mi padre”, así que pienso que todo esto se acaba, y creo que en este disco se me nota mucho porque tengo la muerte muy presente como empuje de la vida.
Sin embargo, si fuera por mí yo no me moriría nunca, y creo que eso tiñe muchos de los temas del disco, creo que está muy empañado por la vitalidad.
Algo que siempre me ha parecido admirable de su música es que a pesar de ser escrita desde un punto muy individual es un sentimiento colectivo. Eso pasa también con Autorretrato, lo que me lleva a preguntar, ¿cómo es el proceso para construir una canción tan personal de la que la gente se siente cercana?
La sensación que tengo después de tantos años de hacer canciones y de escuchar lo que la gente me dice es que todos los seres humanos somos muy parecidos.
A mí me parece increíble que un tío de 40 años de Málaga venga aquí a Colombia y un chaval de 15 venga y me diga “es que esa canción parece que me la has escrito a mí”. Me pasa y es muy curioso, porque además lo mío es canción de autor, siempre parten de lo personal y la honestidad.
Entonces, no somos tan distintos, ¿sabes? Al final somos todos seres humanos con estructuras muy parecidas, miedos, deseos y anhelos muy similares, incluso en canciones como Autorretrato, en la que me estoy describiendo, a mí la gente se siente cercana y es por eso, además porque hay un tipo de empatía también.
Esa sensación me da mucha alegría porque muchas veces los seres humanos parece que tendemos cada vez más al egoísmo, individualismo, consumismo y a todo esto y sin embargo, ahí pienso que somos más parecidos de lo que pensamos. Entonces eso da también una sensación de solidaridad, yo me siento mucho más unido al otro cuando me dice: “en esta canción tuya, ahí estamos los dos”.
¿De dónde sale esa necesidad de mostrar el mundo tal cuál es, sin perfección, sino una versión más humana en su música?
En general en las canciones de amor me da la sensación de que se ha caído en una serie de lugares comunes, desde el bolero antiguo a las de hoy en día, muchas veces son un poco -y se me perdona, de verdad- un poco vacías.
“Te quiero, te amo, te extraño” y sí, está muy bien, me puedo identificar con ese sentimiento, pero hay tantísimas canciones y sin embargo me parece que hay muy poco originalidad en las letras. Cuando yo he querido componer me gustaba que tuvieran una voz propia y que dijeran algo de una forma que a lo mejor nada más la puedo decir yo.
Yo quiero a mi novia como cualquier persona quiere a su pareja, pero de qué forma en concreto la quiero, ¿qué es lo que yo siento que es nuestro? Y tirar eso en las letras porque si no, siento que estoy haciendo un poco más de lo mismo.
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