El fenómeno de las hermanas Labeque en el Festival de Música de Cartagena
Carolina Conti
Es muy fácil percibir cómo disfrutan lo que hacen. La energía de la música expresada también en sus movimientos, en la complicidad en las miradas y su sonido contagian al público inevitablemente.
En Cartagena trabajaron por primera vez con la Orquesta de Cámara Orpheus en el Concierto para dos pianos de Poulenc, una obra que han interpretado alrededor del mundo con las mejores orquestas y los mejores directores. Esta vez, la experiencia fue nueva, al no tener un director.
Así la describieron:
Después del concierto inaugural el público pudo disfrutar de su arte en condiciones muy diferentes a las del teatro, en la Plaza San Pedro con la suite de West Side Story para dos pianos y percusión, que interpretaron con dos grandes músicos, Raphael Seguinier y Gonzalo Grau. Una noche mágica con una pieza que consideran una obra maestra en el repertorio.
El conocimiento de obras de compositores y lenguajes de épocas distintas les ha inspirado proyectos musicales como el que han llamado ‘The Minimalist Dream House’ que ha dado entre otros frutos un trabajo discográfico triple grabado en su propio sello KML. Katia habló sobre la importancia del movimiento minimalista.
Finalmente en la Capilla del Hotel Sofitel Santa Clara, las talentosas hermanas abrieron la Serie Oro Davivienda con un concierto que había creado bastante expectativa. Obras para dos pianos de Debussy y Ravel ocuparon llenaron la capilla de los sonidos tiernos y sutiles del impresionismo, propios del repertorio francés. En la segunda parte, El Carnaval de los animales de Saint-Saëns, en el que Katia y Marielle compartieron el piano y la escena con el clarinetista italiano Gabriele Mirabassi y con intérpretes colombianos que mostraron todo su virtuosismo y calidad, además de una gran dosis de humor. Fueron ellos, el Cuarteto Manolov, Cristian, Guerrero en la flauta, Mario Criales en el contrabajo y Guillermo Ospina en la percusión. Cada uno tuvo la oportunidad de mostrar al público su talento y la capacidad musical a la hora de compartir crear un ensamble un de altísimo nivel. Este ‘encuentro de amigos’ como lo describió Katia, fue ‘muy simpático y muy fácil, porque estaban súper listos y han entendido el espíritu de la pieza que fue escrita para ser tocada con amigos’. Gracias a una interpretación desenfadada pero perfecta y a la actitud del ensamble el público se involucró de una manera más cercana con la música y con los músicos, que recibieron una merecida ovación.
El paso por Cartagena enriqueció al público, pero también, sin duda, a las famosas pianistas francesas.