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¿La psicología y los escenarios pueden combinarse? Esa es la apuesta de esta cantante cucuteña que se abre paso en los escenarios de España, mientras cursa su tercera maestría en educación especial.
¿La psicología y los escenarios pueden combinarse? Esa es la apuesta de esta cantante cucuteña que se abre paso en los escenarios de España, mientras cursa su tercera maestría en educación especial.
Subir al escenario para cantarle a un público masivo que corea letras escritas en la intimidad de los sueños, tiene todo el mérito. Pero empatizar con las historias de aquellos que encuentran en la música un recurso psicológico para apaciguar y aliviar dolores, es un compromiso de vida que asumió Daniela Moros, conocida en España por su nombre artístico como La Moros.
En Bogotá se reunió con familias de desaparecidos en el Centro de Memoria Histórica de Paz y Reconciliación. Allí, junto con su guitarrista y productor, el argentino Nicolás Bauzá, interpretó Nadie dice nada una canción que escribió inspirada en las madres de Soacha, esas mujeres que vieron cómo algunos militares hicieron pasar a sus hijos como guerrilleros:
“Se nos llevaron a Pablo, se nos llevaron a Juana, se nos llevaron a Margarita y nadie dice nada (…) Mi país se quedó sin memoria…”, reza la letra.
Nerviosismo, algo de incomodidad, muchos silencios. Y con la música llegaron la empatía, las ganas de compartir sus historias, los abrazos.
Así fue uno de los encuentros más significativos de La Moros en su visita a Colombia, en medio de los conciertos en Cúcuta, Bucaramanga y Bogotá.
A pesar de ser nortesantandereana vive hace 3 años en España; la pandemia distanció el regreso a su tierra, pero en el primer trimestre de 2022 volvió para subirse a los escenarios, reconectarse con ese público que por dos años estuvo tras una pantalla y recoger experiencias para su siguiente trabajo discográfico.
La cercanía con comunidades vulnerables no es nueva. Incluso, nació de su trabajo como psicóloga, esa carrera que estudió en la Universidad Javeriana y que también la tiene en España cursando su tercer posgrado en educación especial.
Cuando se estrenaba como terapeuta, aprovechó la herencia musical que tuvo en casa por cuenta de su mamá y de su hermano mayor, y empleó sus primeras composiciones como melodías para trabajar con los niños y niñas en condición de vulnerabilidad: algunos por discapacidades y otros por un entorno social complejo.
La música fue la rehabilitación de muchos de sus pacientes: movimiento, confianza, inspiración. Una fluidez sincera y libre con su entorno.
La Moros cree que la repetición continua de los mensajes en las canciones con ideas que alimentan al ser, actúa como programación neurolingüística hecha música.
“Que si soy blanca, sentirme negra, china o latina, si soy de izquierda o de derecha eso no tiene que importar, lo que importa es la esencia, la inteligencia, la transparencia…cuántos años tendrán que pasar para que todos festejemos la diversidad”, dice su canción Intensamente.
Así, mientras sueña con abrir una academia para la infancia con capacidades particulares en Valencia, donde vive en España, prepara su nuevo trabajo discográfico en el que ha sido esencial Nico Bauzá, quien ha trabajado con artistas como Rosana, Álex Ubago o Laura Pausini.
Su guitarra, inspirada en sonidos del rock latino, han actualizado las melodías de las primeras canciones de La Moros y ahora le inyectan sonidos funk y electrónicos para hacerlas más rítmicas, menos literales pero siempre con la esencia de moldear la conciencia a partir de letras que reprogramen la lingüística de nuestros hábitos y creencias para construir una sociedad más empática y generosa.
La Moros está en plataformas de streaming de audio y en las principales redes sociales como @lamorosoficial.