Alado y Punto Blanco: “Una experiencia estética para todos los días”

Adrián David Osorio Ramírez
La inspiración que produce el río se convierte en ilustraciones hechas a mano. Las fotografías del cauce se transforman en poemas y juntos se traducen en prendas de vestir. Así fue concebida El Río, la nueva colección de Punto Blanco en colaboración con Alado.
Desde 2007, Andrés Restrepo y Alejandro González han creado colecciones que son más narraciones artísticas a través de esta marca que, además, tiene un compromiso social con las comunidades artesanas. Sus colecciones se han expuesto en plataformas como Colombiamoda, la Semana de la Moda de París y, más recientemente, en Fashion Trust Arabia, en donde fueron finalistas del premio a mejor diseñador colombiano.
Diseño en colaboración
El Río es una colección que tiene como inspiración absoluta a las travesías por los afluentes del departamento de Antioquia: el Atrato, el Tasidó y el Penderisco, los cuales son protagonistas de las camisetas en tonos rosa y habano.

Una ilustración hecha por Restrepo y González plasma las plantas y caracoles de estos ecosistemas en un maxivestido estampado. Una falda midi -por debajo de las rodillas- y una túnica tejida asemejan el color de la arena y las piedras del río. Y los pantalones clásicos, uno con bota campana y un jean recto, añaden un toque versátil y atemporal.
Sin embargo, la pieza insignia de la colección es sin duda una bolsa de tela estampada con serigrafía artesanal que fue adornada con ‘quitapesares’, figuras hecha a mano por las Tejedoras por la Memoria de Sonsón, Antioquía, que se basan en la tradición de que estos amuletos escuchan los pesares para luego hacerlos desaparecer. Sobre esta pieza yace también un poema del escritor Camilo Oliveros.

Punto Blanco, que hace parte del grupo Crystal, complementa la creatividad de los diseñadores antioqueños con su experticia en confort que no sacrifica estilo y una apuesta por disminuir el impacto ambiental de la moda, que se basa en estampados con cero uso de agua, algodón y plástico reciclado, y lino cultivado con bajo consumo de recursos naturales.
Diners conversó con Andrés Restrepo, uno de los diseñadores de Alado, que por primera vez traslada sus piezas de autor con estructuras complejas y siluetas particulares a una línea más comercial, sin perder su esencia.
¿Cuál es la historia que buscan narrar con ‘El Río’?
Es una bitácora de viaje. Retratamos la experiencia de creación de Alado bajo los productos de Punto Blanco. De manera más simple, lo que hicimos fue recrear los momentos de inspiración que nosotros tenemos para una colección.
Es el detrás de cámaras: los viajes que hacemos, las comunidades que conocemos, las fotos que tomamos y nuestras ilustraciones en acuarela. Resume un trabajo de muchos años de investigación y recorridos que hemos hecho con Alado y que Punto Blanco logró recoger en esta cápsula.

¿Cómo nació la idea de colaborar con una marca como Punto Blanco?
Hace tres años le presentamos un proyecto al Grupo Crystal que se llama Antioquia Reencuentra. Esta es una investigación en la que hemos estado buscando saberes que por alguna razón son vulnerables y están condenados a desaparecer.
A ellos les entusiasmó mucho la idea de colaborar y hacer una colección que lograra integrar las dinámicas de las colecciones de Alado, y nuestra estética, con el portafolio de productos de sus marcas.
Y luego entonces es que toman la decisión de hacerlo específicamente con Punto Blanco…
Sí, nosotros inicialmente nos acercamos al grupo en general. Ellos lo encaminaron hacia Punto Blanco porque encontraron valores y características similares. Y como las marcas son afines, la colaboración sería más natural, espontánea y, sobre todo, coherente.

¿Cómo funciona el proceso de colaboración entre ambos equipos? ¿Quién hace qué?
El equipo de diseñadores de Punto Blanco estuvo muy pendiente de nuestro proceso. Hicimos bocetos que íbamos alimentando con ellos en el proceso productivo. Algunas muestras se hicieron en Alado, otras allá.
Fue un proceso muy de hombro a hombro, de comités para evaluar la viabilidad de los productos. Ellos ponían su parte, nosotros la nuestra y sumabamos ambas cosas. Todo fue de la mano.
A principios de este mismo año, ustedes presentaron una colección titulada también ‘El Río’ ¿esta colaboración es como una hermana menor de aquella?
Sí. Realmente nosotros en el camino de la moda consciente nos hemos dado cuenta que este fenómeno de la moda es muy efímero, se trata de alimentar una y otra vez las colecciones.
Parte de la consciencia que hemos adquirido es no cargar demasiado los conceptos sino posicionarlos y darle más vida a los diseños, que no surgen de la necesidad de un consumo inmediato sino de interpretar los productos de manera distinta, respetando los bienes creativos y el trabajo con las personas.
En este caso, es un ejercicio de una marca grande mirando procesos más sostenibles, cercanos y artesanales. Nace de una colección madre que elaboramos en Alado pero a la cual nos gusta darle larga vida y transformarla desde otra óptica.

El desafío en este tipo de colaboraciones es lograr traducir la esencia de la marca de autor a una plataforma masiva ¿cómo fue su experiencia?
Se trata de ser inteligente a la hora de proponer los productos. Punto Blanco tiene una plataforma que permite hacer de esto un espacio más democrático. Por nuestros procesos no podemos vender a los precios que ellos lo hacen. Por eso la idea es lograr tener un Alado para todos, con prendas que normalmente no vas a encontrar en nuestra tienda, como camisetas, porque estamos enfocados en el producto de ocasión.
Y muchas veces los consumidores no tienen presente a Alado en el día a día. Con esta colección logramos entrar a esa óptica del diario, de ponerse poner una prenda que tiene una fotografía, que perfectamente puede ser una pieza de arte, y usarla para salir a trabajar o estar en casa. Es una experiencia estética de diseño y belleza para todos los días.
En algún momento estas colaboraciones fueron nombradas como el futuro de la moda. Ahora son nuestro presente y cada vez hay más. ¿Por qué cree que es importante apostarle a este tipo de proyectos?
Nuestra colaboración surgió más como una consecuencia de lo que estamos viviendo en el mundo de la moda. Se habla más de un ecosistema donde todos podemos convivir, relacionarnos, donde hay cercanía y un relacionamiento más directo.
Antes las marcas se sentían como la competencia de las otras. Creo que ahora con todo lo que ha pasado en el mundo en los últimos años nos hemos dado cuenta que la unión también es una posibilidad de ser más fuertes, que enraizarnos en valores, compartir experiencias, de realizar proyectos mancomunados que no solo beneficien a las marcas sino a más personas.
Este ejercicio es super nutritivo en la medida en que hace eco en la capacidad que tenemos de relacionarnos directamente y de crear espacios de diálogo. Es también una oportunidad de conocer, para nosotros fue importante acercarnos a una empresa grande y ver sus procesos. Y también para Punto Blanco fue interesante entender la moda desde una mirada más desde el producto, el cuidado, la cercanía con una comunidad u oficio. Estos diálogos siempre van a ser positivos y resultan en más creatividad.
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