La humanidad, según el Voyager
Revista Diners
“La conquista del espacio”, ese sueño idealista que marcó la segunda mitad del siglo XX, alcanzó la que es quizás su expresión más bella con las sondas Voyager, que partieron de Cabo Cañaveral, Florida, el 5 de septiembre de 1977 y hoy siguen dando vueltas por el universo, enviando datos a la NASA de todo lo que van encontrando a su paso. Y vaya si ha sido un paso largo: Voyager 1 y 2 ya están viajando por lo que se conoce como “espacio interestelar”, es decir, fuera de la burbuja caliente que rodea al sol, aunque no del todo fuera del sistema solar.
Además de ser los primeros objetos creados por manos humanas que han llegado tan lejos, las sondas Voyager llevan consigo dos “discos dorados” que contienen todo tipo de información sobre la Humanidad, por si llega a cruzarse con algún tipo de vida extraterrestre, o para los humanos del futuro que encuentren sus restos. Son una especie de cápsula del tiempo, sobre la que Carl Sagan, líder del equipo que recogió la información, opinó: “la sonda se encontrará y el disco se tocará únicamente si existen civilizaciones avanzadas en el espacio interestelar, pero el lanzamiento de esta “botella” en el “océano” cósmico dice cosas muy esperanzadoras sobre la vida en este planeta”.
Entre las imágenes de la humanidad que están actualmente viajando hasta los confines del Big Bang están, por ejemplo, una mujer en un supermercado, el tráfico de una ciudad en Paquistán y una madre amamantando a su hijo. El equipo que eligió las imágenes también incluyó paisajes, animales, insectos y plantas. Además, en el disco hay fotografías de interés científico como diagramas del sistema solar, del ADN y de la anatomía humana.
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Imagen: Wikipedia
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En cuanto a las muestras de audio, el disco contiene desde un saludo por parte del entonces Secretario General de las Naciones Unidas Kurt Waldheim hasta el éxito de rock and roll Johnny B. Goode de Chuck Berry.
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También hay saludos de amistad grabados en 55 idiomas distintos (sumerio, griego antiguo, urdu, wu, armenio, oriya y hasta esperanto), una grabación de la ópera La Flauta Mágica de Mozart, la Consagración de la Primavera de Stravinsky, y cantos típicos de China, India, Polinesia, Perú y Bulgaria, entre otros. Sagan quiso incluir “Here comes the sun”, de Los Beatles, pero la casa disquera EMI, entonces dueña de los derechos, no lo permitió.
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Preludio y Fuga No.1 en Do mayor de Johann Sebastian Bach, en versión de Glenn Gould, también está incluido en el Disco Dorado
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Por último, el Disco Dorado tiene la grabación de una hora entera de las ondas cerebrales de Ann Druyan, quien años después se convertiría en la esposa de Carl Sagan.
¿Si la sonda Voyager partiera hoy, qué querría usted enviar al espacio para mostrarle al universo quiénes somos como humanidad? Cuéntenos en el espacio de comentarios.