Martin Scorsese sobre Nueva York y la escena musical de los setenta en Vinyl

Martin Scorsese, director legendario y productor ejecutivo de la serie Vinyl, que se estrena el 14 de febrero por HBO, habla de la Nueva York oscura y sucia, pero también llena de creatividad, que da vida a Vinyl.
 
Martin Scorsese sobre Nueva York y la escena musical de los setenta en Vinyl
Foto: facebook.com/VinylHBO
POR: 
Revista Diners

Mick Jagger lo buscó con la idea original de Vinyl hace veinte años. ¿Qué significa llevarlo por fin a la pantalla?

Hace mucho tiempo empezamos a discutir la idea. Cada cierto tiempo nos sentábamos a hablar del tema y le cambiábamos la forma. Pasó de ser una película, a una película épica, a una serie. Es muy gratificante para ambos verla hecha realidad.

¿En qué momento se les ocurrió que tenía que ser una serie en vez de una película?
No recuerdo en qué momento sucedió, pero en algún punto nos dimos cuenta de que la historia era tan amplia que teníamos que verla en forma de serie. Hay muchísimos caminos interconectados que son parte de una historia más amplia.

Usted ha trabajado varias veces con el guionista Terry Winter: en Boardwalk Empire, El lobo de Wall Street, y ahora, Vinyl. ¿Qué hace que trabajen tan bien juntos?
Los buenos directores escasean. Realmente hay muy pocos, y Terry es uno de ellos. Es supremamente talentoso, por supuesto, pero también es incansable. Siempre tiene ideas nuevas, nuevos proyectos, es infinitamente creativo. Siempre tiene alguna sorpresa y eso es excelente para mantener al público interesado.

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Las tres historias tienen que ver con las caídas de los imperios. ¿Qué tienen las historias épicas que son tan llamativas para usted?

Siempre me han llamado la atención, quizás porque lo he visto pasar en tiempo real. En otras palabras, yo vi personajes como los de Goodfellas y Casino, manejando sus Cadillacs y vistiendo sus trajes de mil dólares, con manicures y cortes de pelo especiales, y ahí mismo podía ver su caída en desgracia; la historia se estaba desarrollando frente a mis ojos.

Y a veces me rompía el corazón, a veces me erizaba la piel. Por eso es que me encanta El Gatopardo, tanto la novela de Lampedusa como la película de Visconti, porque es la historia de alguien que se da cuenta de que su estilo de vida, el mundo que conoce, está llegando a su final. Entiende que su única opción es hacerse a un lado, porque todo se acaba. Roma duró siglos, mucho más de lo que ha durado Estados Unidos, y eso se acabó. Es el drama de conocer el mundo a tu alrededor, el mundo que es parte de ti y parece ser la única realidad, el todo, y la confusión que sientes cuando lo ves disolverse ante tus ojos.

A veces es a una escala muy pequeña: tu familia, tu casa. A veces es una forma de vida. Y a veces es un negocio, una forma de hacer las cosas, como Vinyl.

Nueva York es su ciudad y usted la ha retratado en la pantalla muchas veces. ¿Cuáles son sus recuerdos de vivir en la Nueva York de los setenta?

Viví en Los Angeles la mayor parte de los 70, pero por supuesto vine mucho a Nueva York. Para mí era, y todavía es, una ciudad que se está derrumbando. Las huelgas de los empleados de las basuras, los metros que nunca estaban a tiempo, el crimen… para mí esa era Nueva York.

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Y la creatividad era impresionante: el vanguardismo y la escena del cine independiente, las cosas extraordinarias que estaban pasando en la pintura y el arte, la música, el teatro y obviamente el Rock and Roll.

De eso se trata esta serie. Las cosas geniales no pasan en ambientes sedados con gente tranquila. Era una época excelente para hacer películas, óperas, obras de teatro, lo que se te ocurra. El proceso de escribir, armar el reparto y luego filmar esta serie me lo trajeron todo de vuelta. La Nueva York de hoy es, para mí, una ciudad extraña.

Los setenta en el cine y la televisión usualmente son una época de degradación de la ciudad. Y aunque en el piloto se ve oscura, también se ve muy glamurosa. ¿Qué tan difícil fue lograr ese balance?

Esa era Nueva York. Tenías a la élite que iba a Elaine’s y a The Colony a almorzar y tenías a los punks en CBGB’s, y a los artistas en Soho, y la vieja Times Square y había muchas partes de la ciudad donde no podías ir. Y todas ellas de alguna manera estaban relacionadas.

Los contrastes de estos mundos, el germen de la creatividad, las tensiones y la violencia, todo esto es lo que hace que Nueva York sea tan interesante para la trama.

         

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febrero
12 / 2016