Francisca Solar, la bookstar del mundo digital

Francisca Solar es la chilena más joven en firmar con una editorial una publicación de edición internacional. Tenía 22 años cuando Random House Mondadori le hizo un contrato para su novelaSéptima M (2006), el primer libro de su pentalogía Viceversa, que se editó en 14 países y en cuatro idiomas. Una corta edad, pero con un amplio trabajo previo que comenzó en su infancia con novelas escritas en cuadernos y guardadas bajo su cama.

A los 14 años empezó a escribir sus primeros fanfictions, o como se le conoce en el mundo digital fanfic. Se trata de versiones digitales de obras reconocidas hechas por sus fanáticos. Fue a los 20 años cuando Francisca publicó El ocaso de los altos elfos, una especie de sexta parte de la saga deHarry Potter. Esta aventura la ha hecho una reconocida escritora, no solo por sus textos, sino por ser una joven que ha marcado hitos no solo con su libro en papel, sino con sus trabajos digitales, como la segunda parte de su pentalogía, El Hada de las Cadenas, que no tiene versión impresa.

El Hada… puede comprarse en las librerías chilenas a través de tarjetas de descarga, pero también en versión para iPad en iBookStore, para Kindle en Amazon, Barnes & Noble para Nook y el Sony Reader Store.
Es la historia de una avioneta que cae en la selva colombiana, cerca del parque Amacayacu y de nueve pasajeros que desaparecen misteriosamente, como parte de una nueva aventura de la tanatóloga Sophie Deutiers, el detective Marco Feliciano y el paparazzi Calixto Andrade Lebet.

Esta chilena, editora en jefe de Tele13.cl, el sitio web del noticiario central de Canal 13 en Chile, estará en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2012, a donde ha sido invitada por el éxito de sus libros online. Antes de su llegada al país conversamos con ella vía correo electrónico.
¿Cómo le llega la invitación a la FILBO?

Me contactaron desde la Cámara Colombiana del Libro por mi última novela, El Hada de las Cadenas, que significó un hito en edición y promoción digital por sus características. Les interesaba mucho que pudiese compartir mi experiencia ante una audiencia profesional, pues los atrasos y reticencias editoriales que hay en Chile, al parecer son las mismas en toda Latinoamérica, y mi ejemplo les parecía fascinante.

¿Qué expectativas trae frente a su participación en el evento?

Me siento muy halagada de que mi “osadía” esté siendo valorada en otros lugares del continente. La invitación me sorprendió, así que con entusiasmo y agradecimiento iré a contar mi proyecto paso por paso, a ver si otros autores (¡y las editoriales, por Dios, ojalá!) se animan a aventurarse en las infinitas posibilidades digitales. Sin querer comencé a pavimentar un camino que espero muchos tomen el riesgo de seguir. Servir de inspiración es mi máxima felicidad.

¿Por qué hacer un fanfic de Harry Potter?

A ese minuto ya llevaba casi 6 años escribiendo fanfictions de distintos universos, por lo que Harry Potter sólo era una inspiración más, un texto más. No era nada especial. El éxito mundial que alcancé de El Ocaso de los Altos Elfos fue una absoluta sorpresa para mí, sobre todo pensando que nadie busca la gloria con un fanfic, sino sólo saciar sus ansias de fan y compartir por entretención. Han pasado casi 9 años desde su publicación y todavía sigo recibiendo mails y felicitaciones. Que un fanfic haya tenido tanto reconocimiento es prácticamente un milagro, por lo que cada buen comentario sigue siendo un regalo para mí.

¿Cómo logró que su e-book se diera a conocer? Muchos son los escritores que digitalizan sus textos, pero no hay una masa que sepa que están allí.

Digitalizar un texto no es lo mismo que hacer un e-book. Esa es la primera diferencia sustancial. Hay que escribir pensando en digital, no escribir para el papel convencional pensando que lo digital es un “formato de segunda” o de complemento. Hay muchos e-books que no son más que escaneos de hojas de papel, ¡horrorosos! Mis inicios en la literatura y la parte más importante de mi desarrollo fue online, por lo que, a pesar de tener varios libros publicados en el sistema convencional, el formato digital es para mí vital y prioritario. ¡Soy un caso raro! Sobre mi última novela, puse mucho tiempo y energía en hacer algo absolutamente profesional -hacer esto completamente sola, sin una editorial, era un desafío muy grande-, y creo que cuando “El Hada…” salió a la luz, se notó. No era un e-book más.

Era distinto, fue pensado distinto. No bastaba sólo con tenerlo a la venta en algún portal y ya: yo ofrecí una experiencia integral con múltiples e inéditos canales de compra, difusión y promoción. El sistema “Pay with a tweet” que utilicé o la posibilidad de arriendo digital paralelo a la venta, hicieron tanto ruido como la novela misma. Me lo tomé en serio. Y de verdad se notó. Por otro lado, tengo bastante conocimiento en internet y redes sociales por formación (soy periodista), conocimiento que lógicamente puse al servicio de mi literatura. Vivimos en un tiempo global, no local; no es necesario hacer grandes esfuerzos o sacrificios para que te “vean” en otros países. Hay que estudiar un poco el terreno, conocer bien tus herramientas y ser original.

Hablemos de la saga Viceversa. (La séptima M y El Hada de las cadenas) ¿Cómo ha sido el trabajo de construir una saga?, ¿cuándo escribe una parte, tiene claro cómo será la siguiente?

Sí, esta saga la pensé toda de una vez. Desde el primer día tengo los cinco títulos, cinco casos reales en los que me baso para ficcionar, cinco evoluciones de personajes, etc. Sé claramente qué escribiré en cada tomo; tengo una manía por las historias grandes e intrincadas y por lo mismo, no tengo talento para los cuentos pequeños

Empezó a escribir y a publicar muy joven. ¿Cómo fueron esos acercamientos con la literatura?

Comencé a publicar “El Ocaso…” el 31 de julio del 2003. Tenía 20 años cumplidos recientemente. Pero como te decía, ya llevaba varios años escribiendo fanfics, no era nada nuevo sino una práctica natural para mí. Por demás, escribo desde que tengo uso de razón. Durante mi niñez acumulé varias novelas escritas en papel de cuadernillo bajo mi cama. Cuando firmé por mi primera novela con Random House, tenía 22 años, la chilena más joven en firmar un contrato de edición internacional.
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