Maya Gabeira: la estrella del surf

La brasilera Maya Gabeira es una de las mejores surfistas de Latinoamérica. Con 27 años, vive en Hawái y tiene una hoja de vida difícil de igualar.
 
POR: 
Revista Diners

Nació el 10 de abril de 1987 en Río de Janeiro. A los 14 años comenzó a surfear porque a su novio le gustaba practicar este deporte con sus amigos y ella se cansó de ser una simple espectadora. Así que se fue a la escuela Arpoador y, con su tabla en mano, aprendió todos los secretos del surf.

Luego se fue de intercambio estudiantil a Australia y se enamoró aún más de este deporte. A los 17 tomó la decisión de ir a vivir sola a Hawái y tres años más tarde, el 1 de noviembre de 2007, gracias a su desempeño frente a una ola en Teahupo, “el muro de las calaveras”, en Tahití, pasó a ser parte de la élite de esta práctica y a ser considerada una de las mejores surfistas de olas grandes, pues son estas las que realmente la atraen, aquellas de más de diez metros, peligrosas, en las que desafía a su cuerpo y a la naturaleza.

Aunque reconoce que siempre siente miedo, para enfrentarlas las estudia con detenimiento, se prepara mentalmente, entrena cinco horas diarias y cuando el mar no es el adecuado, corre diez kilómetros, monta en bicicleta y hace yoga para mantenerse en forma. No en vano ha ganado cinco veces los premios Billabong XXL, la competencia más importante del planeta en esta categoría. También ostenta el título de ser la mujer que ha montado la ola más grande hasta el momento: catorce metros en Dungeons, Suráfrica. En 2009 recibió, además, el premio Teen Choice, que entrega el canal Fox, como mejor deportista femenina de acción y en 2010 recibió el mismo galardón, pero de manos de ESPY, premios que organiza el canal ESPN.

Pero no todo siempre sale como se piensa. Se ha roto la nariz más de diez veces, tiene decenas de cicatrices en todo el cuerpo y el 28 de octubre de 2013 vivió uno de los accidentes más graves de toda su carrera, cerca de Nazaré, un cañón submarino de 5.000 metros de profundidad y 200 kilómetros de largo, en Portugal. Una ola gigante, de 20 metros de alto, la dejó inconsciente, y por poco le cuesta la vida. Su amigo y entrenador Carlos Burle la rescató.

Tres meses después de este accidente ya estaba de nuevo, con una sonrisa, en la bahía de Waimea, en Honolulú, uno de sus lugares favoritos para surfear. Y en tierra, con los pies bien puestos, asegura que busca en internet pronósticos del tiempo de varias zonas del planeta para hallar los lugares donde se produzcan fuertes tormentas, que son las que generan esas olas gigantes que tanto disfruta.

         

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diciembre
29 / 2014