Chanel convierte el Grand Palais en una playa paradisíaca
Revista Diners
Chanel no escatima recursos para la presentación de sus colecciones. Durante los últimos años Karl Lagerfeld, director de la casa francesa desde 1983, se dio a la tarea de convertir el Grand Palais de París en un barrio de la ciudad, un cohete de la NASA, la Torre Eiffel e incluso, como sucedió en su más reciente colección de verano 2019, en una playa con arena blanca, aguas cristalinas y olas de verdad.
La colección estuvo marcada por uniformes playeros, minivestidos, combinaciones de dos piezas, sombreros de paja y bolsos en forma de pelota de playa, que los invitados y usuarios en redes sociales compartieron con el hashtag #CHANELByTheSea.
Vale la pena destacar que Lagerfeld, de 85 años, supo reinventar una vez más el clásico tweed de la marca en sarga de algodón, mezclilla, cuero y popelín ideal para la playa, en colores rosas, amarillos y verdes pastel, contrastados con blancos, grises y negros.
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Los vestidos largos de chiffon tuvieron estampados de sombrillas, con un bordado de lentejuelas doradas, al igual que los vestidos en georgette de crepé azul marino.
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Por otro lado, el diseñador alemán sorprendió al público con el uso de ‘leggins’ en varias longitudes y del logotipo de la marca en estampados, pendientes, collares y joyas, que prometen ser la próxima tendencia viral del año.
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Lagerfeld también propuso los bolsos en forma de conchas marinas y pelotas de playa que se robaron toda la atención, al igual que los ‘side packs’ (dos bolsos en uno), que van cruzados sobre las caderas.
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Por otro lado, las modelos exhibieron las sandalias con el logo de la marca en la mano, como se debe hacer en una playa según reveló su diseñador, al igual que los sombreros de paja extragrandes y las gorras, que prometen mantenerse en las tendencias para disfrutar en verano.
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Lagerfeld confesó, al final de la pasarela, que la colección está inspirada en los paisajes de las Islas Frisias, en el Mar del Norte de Alemania, al igual que en los acantilados de Biarritz, suroeste de Francia, que apasionaron a la mismísima Coco Chanel.
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