SPQR: La historia de Roma en una biografía apasionante
Juan Gustavo Cobo Borda
SPQR
MARY BEARD
Crítica, Bogotá, 2016.
664 páginas
Esta apasionante historia de Roma, escrita por la profesora de lenguas clásicas en la Universidad de Cambridge, concluye en el año 212 d. C., cuando el emperador Caracalla declaró a todos los habitantes libres del imperio ciudadanos romanos de pleno derecho.
Dos actores encarnan la escena que abre el recorrido: Catilina, un aristócrata arruinado que intenta armar una conjura para eliminar los cargos electos de Roma y quemar la ciudad. El otro actor es Cicerón, orador, sacerdote y poeta que lo denuncia con la frase ya histórica y todavía usada: “¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”.
Además, de Cicerón se conservan unas mil cartas suyas o dirigidas a él, algo inusitado, que nos permite conocerlo, seguir su pensamiento y su trayectoria no solo en la ciudad de un millón de habitantes que era Roma, sino en sus desplazamientos por Italia y Grecia, toda una visión del mundo hasta su asesinato.
Uno de los grandes atractivos del libro se da desde el inicio: monedas, inscripciones funerarias, rescate de barcos hundidos, excavaciones ya sea en las ciudades o en los campos amplían de forma insospechada las fuentes de estudio. Nos llevan desde el mito de los gemelos Rómulo y Remo hasta los dos siglos y medio en que Roma estuvo bajo el control de “Reyes” hasta finales del siglo VI a. C.
La ciudad de entre 20.000 y 30.000 habitantes se agigantaría para conformar un imperio de cinco millones de kilómetros que llegaría hasta las islas británicas, África y Asia.
Ganadora del premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales del 2016, esta historia, tan detallada en su erudición bibliográfica, se halla surcada por la inteligencia y el humor, hable de los emperadores o los esclavos, fíjese en el papel de las mujeres o en las instituciones públicas, desentrañe las formas de sucesión de la herencia política o reconstruya lo que fue la arquitectura del foro o las villas campestres en los alrededores de las ciudades. Y perfiles magistrales de caudillos y escritores como Julio César.
Este primer milenio romano nos abre los ojos sobre asuntos soslayados o vueltos rutina en el programa escolar, para tornar inmediatas y compartibles figuras como el emperador Augusto y el poeta Virgilio y ese legado vivo que todavía nos concierne en el derecho, la legislación y los modos de vida, de una de las raíces más fuertes de la civilización occidental.