La herencia de Eszter, o por qué leer a Sándor Márai
Sandra Martínez
Sándor Márai
Ediciones Salamandra
166 páginas
El escritor húngaro Sándor Márai nos vuelve a sumergir en una historia de profunda melancolía y personajes inolvidables, valiéndose de esa prosa precisa que tanto seduce a sus lectores. Esta vez nos cuenta la vida de Eszter, una mujer madura y soltera que vive en la casa que heredó de su padre, en compañía de Nunu, una pariente lejana, anciana, que la escucha y aconseja. Pero un día, su monótona cotidianidad se ve sacudida por la visita de un hombre que no ve desde hace veinte años. Se trata de Lajos, un ser arrogante, sin escrúpulos, único amor de Eszter, y quien la traicionó con su propia hermana.
A medida que pasan las páginas la tensión de aquel encuentro inevitable se va acrecentando. Lajos no llega solo, sigue siendo igual de encantador y se convierte en el centro de atención de la reunión dominical, donde amigos y familiares se agolpan para escucharlo, a pesar de sus estafas y mentiras pasadas. Sin duda alguna, uno de los momentos más difíciles es cuando la hija de Lajos, Eva, habla con Eszter y le recrimina que no hubiera luchado por ese amor que su padre le profesaba.
La protagonista de esta historia se enfrenta de un solo tajo a sus pasiones, a lo que dejó de hacer y a esa existencia anodina que eligió tener. Pero el pasado, como un fantasma invisible, recae sobre esta mujer, y ella, sorpresivamente, decide cerrar este círculo y renunciar a todo.
Al final, queda flotando la idea de un destino inexorable, al que no podemos escapar, “un orden invisible, que nos obliga a terminar lo que un día empezamos, de la manera que podamos”, como lo sentencia la propia Eszter.
Márai (1900-1989) escribió esta historia en 1939, tres años antes de El último encuentro, su libro más reconocido, y con el que tiene ciertas similitudes en su estructura narrativa. Sin duda, esta historia, narrada en primera persona, es el gran comienzo de sus siguientes producciones literarias.