Entrevista con Carla Guelfenbein, ganadora del Premio Alfaguara 2015
Jhonny R. Quintero
La escritora chilena Carla Guelfenbein se ha hecho un espacio entre los nombres de los autores latinoamericanos más leídos. De su novela Contigo en la distancia, se dijo que tiene una escritura “a la vez compleja y transparente”. Con una trayectoria literaria que podría considerarse corta (publicó el primero de sus cinco libros en 2002), ha cautivado incluso al premio Nobel de literatura, J.M. Coetzee.
A pesar de ser una lectora asidua y desde muy pequeña, su “profesión” o carrera ha sido en otras lides, como la publicidad ¿por qué esa disparidad? ¿Por qué decidió estudiar biología?
Porque no sentía la necesidad de transformarme en una escritora publicada. Escribí desde muy joven, pero esos textos constituían una forma personal de expresarme, no un medio para comunicarme con los demás. Sin embargo, llegó un momento en que sentí la necesidad de pasar todo el tiempo dentro de mi mundo de letras, y renuncié a mi trabajo como diseñadora para poder escribir. De ahí salió El revés del alma, mi primera novela, que rápidamente llegó a la lista de los libros más vendidos. Ese fue el comienzo. Y ya no volví atrás.
“Contigo en la distancia” es una novela que, si bien es básicamente una historia de amor, no deja de tener matices de misterio ¿cómo logra ese entramado?
Cada historia tiene su propia forma, y el desafío de un escritor es encontrarla.
El tiempo, en una historia, es un elemento esencial. Y ese tiempo está dado por los detalles que lo componen. Un misterio llega a constituirse como tal, justamente cuando se respeta ese tiempo. Cuando los detalles tienen espacio en la narración para transformarse en preguntas, interrogantes que necesitarán una respuesta. Eso es el suspenso. Suspender una pregunta, un misterio, un secreto, que la trama, a su tiempo, develará.
Esta novela está llena de reflexiones amorosas (uno podría decir que más de una por página) ¿de dónde saca un escritor (usted) todo esto?
El material con el cual trabaja un escritor está constituido por infinitas capas que componen su experiencia. Pero la experiencia no entendida exclusivamente como aquello que se vive sino como algo mucho más amplio. Henry James el gran escritor define la experiencia de una forma muy bella: “La experiencia es una tela muy fina suspendida en la conciencia que atrapa hasta las más finas motas de polvo”.
Dos de los protagonistas de su novela son escritores ¿cree que es más fácil escribir sobre temas de los que se conoce como usted a la literatura?
No necesariamente. Escribir es también la oportunidad para un escritor, (y por supuesto para el lector) de explorar aspectos de la vida que están más allá de su zona conocida. Por ejemplo, en mi novela El resto es silencio, uno de los personajes principales es un cirujano del corazón. Adentrarme en su conciencia, investigar y conocer los aspectos de su quehacer, fue una experiencia fantástica. El escritor puede ir a cualquier parte, entrar en el mundo que le plazca.
Son varias las voces que narran su novela, ¿cuál es el ejercicio de desdoblamiento del escritor para evitar que se parezcan todas entre sí?
La clave está en la construcción de los personajes. Esta es tal vez la labor más difícil del escritor, pero a la vez una de las más esenciales. Porque construir un personaje no es simplemente conocer su biografía. Hay que entrar en lo más profundo de su conciencia, de sus anhelos, de sus miedos. Los personajes tienen que “vivir” dentro de ti. Una vez que has logrado esto, su voz comienza a surgir casi de forma espontánea.
Sus libros se han convertido en best seller en Chile ¿cree que hay una confrontación entre lo que los críticos llaman “buena literatura” y los best seller?
Hay un tremendo elitismo en esta creencia. Porque significa que la mayoría de las personas que leen son imbéciles. No porque un libro sea un best seller significa que sea mala literatura. Hay muy buena literatura que se vuelve un éxito de venta. Los libros de autores tan respetados como Ian McEwan o Paul Auster rápidamente entran en las listas de los libros más vendidos, y este hecho no hace que su literatura sea mala.
La acusan de escribir “literatura femenina” ¿cree que existe tal cosa? Y si existe ¿por qué verlo como una “acusación”, como algo malo”?
Las narradoras nos hemos pasado la vida defendiéndonos del calificativo “literatura femenina”. Por una razón muy simple, porque este término, sin tener en sí nada de malo, solo se le han dado connotaciones negativas. La literatura escrita por mujeres cuyas protagonistas son mujeres, es sólo para mujeres, mientras que la literatura escrita por hombres cuyos protagonistas son hombres, es Universal. La literatura de mujeres se la cataloga de “intimista”. Una vez más, un calificativo que no tiene en sí nada negativo. De hecho, mucha de la literatura escrita por hombres también lo es, pero cuando está escrita por mujeres, se le da una connotación de cursi y liviana.