Brasil 2014, último capítulo
Adolfo Zableh
Yo no sé si este fue el mejor mundial de la historia, no sé como se mide eso. Yo recuerdo mucho el del 82 porque fue el primero que vi, siendo un niño, aunque uno de niño tiende a sobredimensionar las cosas. Lo que sí sé es que este del 2014 fue un gran mundial por todo lo que pasó.
Para empezar, el 7-1 de Alemania a Brasil, el hito más grande en la historia del fútbol. Pasarán años para que algo similar ocurra. Esta mañana vi un especial de ese partido hecho por la televisión local y, cronómetro en mano, determinaron que durante cuatro minutos de pelota en movimiento, Alemania hizo cuatro goles, uno por minuto. Ya sabemos que los alemanes son eficientes, pero no tanto. Por otro lado, más allá del especial, acá en Brasil los canales no repiten ese partido. Durante el mes de torneo, no solo pasaban los juegos del día, sino que repetían los que ya se habían disputado. Yo he vuelto a ver casi todos los juegos en diferido, pero no ha habido manera de que retransmitan aquel partido histórico.
Luego estuvo el mordisco de Luis Suárez. De acuerdo con que era necesaria una sanción, pero a la FIFA se le fue la mano. Por querer ejemplarizar trató al jugador como si fuera un delincuente internacional. Lo expulsó del país y le prohibió entrar a un estadio durante cuatro meses. Mientras eso pasaba, Ray Whelan, director de la empresa asociada de la FIFA, Match Services, se escapó de la policía luego de ser acusado de ser la cabeza de un cartel internacional que revendía boletas desde el mundial de 2002.
Colombia y Costa Rica revelaciones, más la segunda selección que la primera porque aunque Colombia no es nadie en el mundo del fútbol, llegó como cabeza de serie y con el cartel de equipo animador. Costa Rica, en cambio, llegó como la víctima del grupo de la muerte, y no solo lo ganó, sino que se fue invicta del torneo y estuvo a una tanda de penaltis de meterse a las semifinales.
Colombia estaba penando por Falcao y terminó idolatrando a James Rodríguez, de quien ya sabíamos que era bueno, pero no tanto. Es en grandes citas como ésta donde se muestra el temple y el colombiano fue muy superior al reto que se le impuso. Nadie esperaba que saliera goleador del campeonato porque aunque es un volante con llegada, anotar no es lo suyo. Medio mundo anda detrás de él y ahora, con los reflectores sobre él, deberá demostrar que lo del mundial no fue casualidad.
Colombia sonó por todos lados en Brasil 2014: Faryd Mondragón entró a la historia como el jugador más viejo en disputar un mundial, Shakira cantó en su tercera final consecutiva y unos hinchas se encendieron a platazos en un restaurante. Pero no fue la única tragedia: España fue el peor campeón del mundo debutante con un 1-5 e Inglaterra firmó su peor actuación mundialista con un solo punto en tres juegos.
Fue un mundial anticracks este. A la cita faltaron Falcao, Ribery, Reus, van der Vaart y Strootman por lesión, mientras que a Tévez ni lo convocaron. Durante el torneo se lesionaron Agüero, Di María, Neymar, Khedira y Sneijder, estos dos últimos mientras calentaban antes disputar un juego. Fue un mundial tan adverso para los consagrados, que Messi fue de más a menos y aún así le dieron el Balón de Oro. Por la cara que tenía el argentino cuando subió a recibir el trofeo, parecía que no estaba recibiendo un premio sino una mala noticia.
Argentina pasó a semifinales después de 24 años y Miroslav Klose se convirtió en el máximo anotador de la historia, con venganza triple: no solo le quitó el título a un brasileño que se lo había quitado a un alemán, sino que lo hizo marcándole un gol a Brasil, en Brasil.
Fue el mundial de las largas distancias y los hospedajes costosos, donde un hotel que vale 100 dólares pasó a costar 600 de la noche a la mañana (nunca mejor dicho). También fue el mundial que muy seguramente tumbará a Dilma Rousseff, que soñaba (aún sueña) con la reelección. Para obtenerla, Brasil hubiera tenido que ganar el mundial parta maquillar los excesivos gastos de organización, pero cayó horrible en semifinales y el pueblo no se lo perdona. El día de la final, todo el estadio la chiflaba cada vez que la cámara la enfocaba.
En este mundial se murieron dos periodistas, ambos argentinos. No es lógico que uno venga a cubrir un torneo de fútbol y vuelva a casa en un cajón, pero cosas así pasan y nadie sabe por qué.
Yo no sé si este fue el mejor mundial de la historia. Pensaría que no, porque el fútbol y el promedio de goles decreciendo entre la primera fase y las rondas posteriores. De lo que sí no me cabe duda es que pasaron tantas cosas que no nos dio tiempo de aburrirnos ni un solo día.